RADIOFRECUENCIA

La radiofrecuencia aplicada sobre la piel produce un calentamiento controlado. Calentar la piel con un control adecuado de la temperatura promueve la formación y reparación de colágeno. Es así como logramos un efecto Lifting duradero.

Una de las técnicas más utilizadas en nuestro arsenal es la Radiofrecuencia. Así como el sonido, la luz y la electricidad, la radiofrecuencia es un tipo de energía electromagnética. Al aplicar Radiofrecuencia sobre la piel buscamos elevar la temperatura de la dermis hasta estar en el rango de los 55º-65ºC y en la superficie, en epidermis, de unos 40º-42ºC. Es en este rango en que el calor y la inflamación controlada remodelan y promueve la producción de nuevo colágeno para tensar la piel y devolverle su tono.

También promueve el drenaje linfático y movilización de grasa por esta vía, promueve la vasodilatación de la piel y tejido subcutáneo lo que facilita la nutrición e intercambio metabólico a este nivel. Es por esto que también es útil para eliminar grasa.

Se combina con Ultracavitación frecuentemente. También se asocia a otros tratamientos destructores de grasa ya que al dejar un espacio vacío en donde había grasa antes, es necesario recoger y tensar la piel para evitar flacidez y obtener el mejor resultado estético.

Existen diferentes tipos de Radiofrecuencias. Según el área de aplicación puede ser corporal o facial. Según el número de polos puede ser unipolar, bipolar o multipolar. El número de polos y la distancia entre estos determina la profundidad y distribución de la energía aplicada. Existen también diferentes modalidades que varían según potencia, efecto deseado y aplicador.

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